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"La ciudad de las mujeres", Christine de Pizan.

  • Foto del escritor: Annie
    Annie
  • 2 may 2020
  • 4 Min. de lectura

La imagen corresponde a una Miniatura del tapiz de autor anónimo, "El libro de la ciudad de las damas". El original es una ilustración sobre pergamino, 12x18 cm, París, Bibliothèque nationale de France. En ella aparece Christine de Pizan.


Crhistine de Pisan se puede considerar la primera mujer que hizo de la literatura su oficio para mantener a su familia, así como la precursora del feminismo. Todo esto en un momento de la historia donde la mujer no lo tenía nada fácil, un momento de la historia a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento. Sirvió como escritora de varios duques (Luis de Orleans, Felipe II de Borgoña y Juan I de Borgoña) y de la corte real de Francia durante el reinado de Carlos V (del cual realizó una biografía).

En la ilustración que precede a este texto, la escritora aparece representada dos veces. En ambas lleva la misma indumentaria: vestido azul y velo blanco, vestuario que llevó durante los cuarenta años de viudedad. A la izquierda aparece representada con un manuscrito en las manos y frente a ella tres damas coronadas: doña Razón, doña Honestidad y doña Justicia, las cuales ordenan a la escritora combatir la misoginia. A la derecha, aparece trabajando en el campo de la literatura con los ladrillos que son las mujeres que forman la ciudad.

Christine nació en 1364 en Venecia, pero pronto se trasladaría con su familia a Francia, ya que su padre trabajó para la corte de Carlos V. Pasó la mayor parte de su infancia y edad adulta en París. Era hija de Tomasso de Pizano, astrólogo y médico de Carlos V, Gracias a él, la pequeña e inteligente Christine pudo acceder al mundo de las ciencias y de la cultura en general. Su padre se encargó de que tuviese la misma educación que sus hermanos, en contraste con la actitud de su madre de oponerse a la instrucción de su hija en materias que no fuesen las domésticas. El ser educada en la corte le ayudaría años más tarde a la divulgación de sus obras.




A los quince años se casó con el secretario de la corte, Étienne du Castel, con el que parece que fue feliz los diez años que duró su matrimonio ya que a los veinticinco enviudó. Este hecho fue muy importante en su vida, haciendo de la escritura su oficio para poder mantener a sus hijos tras una dura lucha contra la Justicia para recuperar sus bienes.

Comienza escribiendo baladas de lamentación por la muerte del amado, pero posteriormente se dedicará a temas relacionados con la historia, la política, la condición de la mujer, biografías, etc. La mujer será un argumento tratado ampliamente por la autora italiana en varias de sus obras. Ella será la iniciadora de lo que se conocerá durante el Renacimiento como la Querella de las mujeres, movimiento de defensa de la mujer llevado a cabo por diversos intelectuales del momento y que surge en defensa de la capacidad intelectual, el derecho al acceso a la universidad y la política de las mujeres frente a la misoginia que duró hasta la Revolución Francesa.

Fue hacia 1399 cuando Cristina empezó a escribir abiertamente en defensa de las mujeres. Su obra cumbre fue El libro de las ciudades de las damas, donde para Christine, las mujeres pueden aprender igual que los hombres si disponen de los mismos medios. El libro sirve como respuesta formal al popular Roman de la Rose (1398-1402) de Jean de Meun. Pizan combate las afirmaciones de Meun sobre las mujeres al crear una ciudad de damas alegórica. Ella defiende a las féminas mediante la recopilación de una amplia gama de mujeres famosas a lo largo de la historia. Estas mujeres están "alojadas" en la Ciudad de las Damas que viene a ser el libro. A medida que Pizan construye su ciudad, utiliza a cada personaje femenino famos0 como un bloque de construcción no solo para las paredes y las casas de la ciudad, sino también como bloques de construcción para su tesis. Cada mujer agregada a la ciudad se suma al argumento de Pizan sobre las mujeres como participantes valiosas de la sociedad. Ella también aboga a favor de la educación para las mujeres. Entre los nombres se encuentran los de: María Magdalena, Blanca de Castilla, Medea, Circe, Minerva, Isis, Dido, Julia (hija de Julio Cesar), María (madre de Jesús), Helena de Troya, etc.


Más de una treintena de obras en las que trató el amor cortés, la mitología, etc. forman la gran obra de esta escritora y filósofa medieval, que aunque lo hacía en francés, conocía perfectamente el italiano y el latín, lengua culta del momento y en la que se escribían los textos universitarios y eruditos.

En 1412 debido a la guerra civil, Christine abandona París para recluirse en el convento de Poissy, donde escribe sus últimas obras, entre ellas la dedicada a su contemporánea Juana de Arco, Canción en honor de Juana de Arco (1429). En el convento de Poissy murió, no se sabe exactamente la fecha.



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